El estado natural del cuerpo es la relajación. Nos encontramos ya en agosto. A estas alturas del verano si no hemos conseguido relajarnos deberíamos intentarlo. Transcurrida buena parte del año y haciendo balance del mismo, cada uno puede tener una visión del conjunto de vivencias o sinvivires más o menos intensa, pero no cabe duda de que el trabajo, los aconteceres políticos, las guerras, las noticias inagotables, las preocupaciones económicas, de salud, familiares, todas esas piedras que vamos cargando en nuestra mochila provocan el estado antinatural de tensión y rigidez. Es hora de relajar, que no es otra cosa que soltar, dejar de hacer fuerza. El aforismo que dice “menos es más” funciona en este sentido. Menos actividad: no hace falta exprimir el tiempo, ni siquiera matarlo, con dejarlo pasar mientras ejercemos la contemplación sería suficiente. Tumbarse y mirar hacia arriba, observar lo que nos encontremos, sean árboles, edificios, nubes o pájaros, encontrar la novedad, eso en lo
Una de cal y otra de arena. Una selección de mis artículos de actualidad. Mi columna de los sábados. Por Marisa Lanca