Navidad 2021. Una tiene la sensación extraña de encontrarse en un lago, calmo, aguas silenciosas, quietud, cierta bruma invernal, sólo protones y neutrones que pululan vagamente sin electrones con los que colapsar. Y, a la vez, ese mismo lago es como una isla en medio del océano, lo que se conoce como placer. Un día estuve en uno, entre Cayo Largo y Cayo Rico, el dulce Caribe, y fue de los días más felices de mi vida. El placer actual en el que me encuentro no es exactamente feliz, más bien terapéutico. Las aguas que lo rodean son de otra densidad. Mar revuelto. Olas gigantes. Corrientes frías se enzarzan con mareas calientes como serpientes en liza. Polos positivos brindando con polos negativos. El imán navideño en un piélago enmascarillado. “Con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela, no corta el mar sino vuela un velero bergantín…” Mas un velero con timonel desnortado y timón roto no puede llegar a buen puerto. “Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi
Una de cal y otra de arena. Una selección de mis artículos de actualidad. Mi columna de los sábados. Por Marisa Lanca