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Mostrando entradas de diciembre, 2021

Metáfora entre dos aguas

Navidad 2021. Una tiene la sensación extraña de encontrarse en un lago, calmo, aguas silenciosas, quietud, cierta bruma invernal, sólo protones y neutrones que pululan vagamente sin electrones con los que colapsar. Y, a la vez, ese mismo lago es como una isla en medio del océano, lo que se conoce como placer. Un día estuve en uno, entre Cayo Largo y Cayo Rico, el dulce Caribe, y fue de los días más felices de mi vida. El placer actual en el que me encuentro no es exactamente feliz, más bien terapéutico. Las aguas que lo rodean son de otra densidad. Mar revuelto. Olas gigantes. Corrientes frías se enzarzan con mareas calientes como serpientes en liza. Polos positivos brindando con polos negativos. El imán navideño en un piélago enmascarillado. “Con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela, no corta el mar sino vuela un velero bergantín…” Mas un velero con timonel desnortado y timón roto no puede llegar a buen puerto. “Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi

Hermosura de Cantagallos

Existen expresiones propias de lugares, cuyo origen se pierde en la historia. Las oyes decir a tus familiares y ellos, a su vez, las han heredado de sus ancestros. Algunas suenan extrañas, otras algo burdas, y luego está la que me surgió esporádicamente hace unos días, maravillosa, y me recordó la de veces que mi madre la ha pronunciado, sobre todo en mi niñez. “¡Ven aquí, hermosura de Cantagallos!”. Digamos que se trata de un buen piropo, con una pizca de socarronería. Al menos, así le parece a esta alcañizana. HermosuradeCantagallos. Suena bien. Da gusto decirlo de corridillo. Como otra voz típica local: rebordenca. “Anda, no me seas rebordenca”, que equivale a borde, pero elevado al cuadrado. Muy a menudo desconocemos el porqué, el dónde y el cuándo del uso de estas expresiones, aunque no se nos escapa el para qué, la intención al pronunciarlas. Resulta curioso el hecho de que en la nomenclatura de parajes y municipios peninsulares abundan los ‘cantantes’. Cantalobos, Cantalapiedra,

La conquista del aire

Cerrar un libro tras una lectura satisfactoria provoca una corriente de aire leve, como un último suspiro. El cúmulo de letras ordenadas que lentamente han ido rellenando en forma de ideas los huecos sedientos del cerebro ya han cumplido su misión. Territorio conquistado. Victoria. Acabo de terminar de leer un gran libro. Me siento henchida, enriquecida, pletórica. He adquirido una nueva dimensión. Y así, como quien no quiere la cosa, me he acordado de una canción, quizá la que más me gustó de Mecano en su momento: Aire. “Soñé por un momento que era aire. Oxígeno, nitrógeno y argón, sin forma definida ni color. Fui aire volador”.  Pienso en el aire de literatura y en el aire de música. Buenos aires para sanar. Respirar cultura. Exhalar creatividad. Aliento imprescindible para vivir. Y me viene a las venas otro Aire, el de José Mercé. “Aire, aire. Pasa, pasa. Que tengas la puerta abierta. La alegría pa' la casa. Aire pasa. Lele, pom pom. Aire nuevo, aire fresco pa’ la casa”. Hay que

¡Qué felicidad! ¿Qué felicidad?

La vida, ese regalo que debería ser una cadena de deleites, acaba siendo una sucesión de interferencias, obstáculos, problemas a solucionar, sin más. Parece que el objetivo esencial es un eterno organizar, actuar para que todo esté bien y en orden, y obtener así la ansiada paz, un tiempo de horas embalsamadas donde fluya muy despacio un riachuelo placentero de absoluta despreocupación. El estado feliz de la infancia. Pero, conforme transcurren los años, parece cada vez más inalcanzable ese remanso tranquilo. Cuando resulta que has conseguido resolver un importante inconveniente laboral, de repente se estropea un electrodoméstico imprescindible. Ya funciona tras la reparación y automáticamente llega un inesperado dolor de lumbago. Cuando estás viendo la luz al final del túnel, una repentina llamada te alerta de que ingresan de urgencia en el hospital a un familiar. Ese viaje programado se suspende. Ha subido la cuota de la hipoteca, que va a coincidir con una inflada puñetera factura el