Acabo de realizar un viaje a Alcañiz, muy deseado por amor paterno-filial y reencuentros familiares. Ha sido justo a las puertas de la primavera con tiempo todavía bastante fresco. Y nunca me habían llamado tanto la atención estas aves como hoy. Ciconia ciconia: lo que viene siendo la cigüeña blanca. En el trayecto desde Zaragoza a mi tierra madre, como esta vez iba liberada de volante, he tenido a disposición mis ojos para lo que no era asfalto y así he podido observar los innumerables nidos que jalonan las torres eléctricas, sobre todo por la zona de Quinto, Fuentes y el Burgo, de Ebro. Resulta impresionante la conquista del territorio metálico en altura, a lo largo de lo que abarca la vista en este paraje, con el gran río paralelo a la carretera. El vuelo de las cigüeñas es incesante. Esta mañana de domingo, desde el balcón de casa de mis padres, podía seguir observándolas. Tienen su asentamiento principal en la torre de la Iglesia de Santo Domingo. Desde luego, poseen una bella vi
Una de cal y otra de arena. Una selección de mis artículos de actualidad. Mi columna de los sábados. Por Marisa Lanca