En las alegrías y en las penas de uno siempre hay quien trata de suavizar los efectos. Relativizar: ahí está la clave. ¡Einstein que estás en los cielos! Entre tomarse algo ‘a la tremenda’ y ‘quitar hierro al asunto’ a veces existe un verdadero abismo. Y todavía se ensancha más cuando por un lado o por otro la cosa ‘se va de madre’. Es entonces el momento en que debería aparecer la voz del sentido común con lo de ‘ni tanto ni tan calvo’. Hoy ha llegado a mí la noticia de que la humanidad se encuentra a solo 50 segundos del fin del mundo, según el ‘Reloj del Apocalipsis’. Si uno se queda con la primera parte del titular, a bote pronto impacta; después provoca la risa o la alarma, según estados de ánimo. Para relativizar la información debe uno tomarse su tiempo, leer o escuchar un poco más allá, reflexionar. Y así con todo. En general, los medios de comunicación, y más las personas que viven de ellos, tienden al alarmismo innecesario, a llevar los temas al extremo para captar la atenció
Una de cal y otra de arena. Una selección de mis artículos de actualidad. Mi columna de los sábados. Por Marisa Lanca