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Mostrando entradas de julio, 2021

Los días pensados

A la mayoría, tras un instante de reflexión o quizá como consecuencia de un calentamiento cerebral, nos ha dado por pronunciar alguna vez esa frase que reza: “El día menos pensado…” Con cierto tono amenazante, avisamos de que algo va a ocurrir por decisión propia, por la de una tercera persona o bien por determinadas condiciones adversas. Un pájaro ronda atrapado en nuestra jaula mental. Un cambio, que se antojaba a largo plazo, deviene ya casi inminente. Hay dichos que reflejan bastante bien esta idea. “Caerá por su propio peso”. “Donde menos se piensa salta la liebre”. “Yendo y viniendo, lo que había de ser va siendo”.  El día menos pensado, en realidad, es mentira. Ese día, cuando llegue, lo que sea que quieras que suceda, lo pensarás, sí, lo llevarás pensado de antemano y actuarás según tus propósitos. Y, si el hecho depende de circunstancias externas, entonces resulta impredecible, porque el futuro siempre es incierto. Con lo cual, el ‘día menos pensado’ carece de importancia, dir

Saltarse las normas

Todos lo hemos hecho alguna vez. ¿Es bueno o malo saltarse las normas? Depende. En una sociedad básica estructurada, las normas se establecen, en principio, para facilitar la convivencia; para que, mediante su cumplimiento, puedan evitarse conductas que potencialmente perjudiquen a una parte o la totalidad de la comunidad. También constituye un modo de fomentar valores como el respeto y la solidaridad, aun a costa de una posible pérdida de libertad individual. Organización, orden, regulación, se muestran esenciales para el buen funcionamiento de un sistema humano plural. Ello implica un conjunto de reglas, normas o leyes a cumplir. La aparente bonhomía de esta misión convivencial es susceptible de chocar contra una barrera peligrosa, donde pueden ocultarse concertinas entre adelfas bienolientes. Sucede cuando un individuo o varios, desde su estatus de poder, utilizan la ley como instrumento de control, bien sea mediante subordinación, sometimiento u obediencia de los subalternos. Añado

Como una escopeta de feria. [No entiendo nada]

A veces una tiene la sensación de que algo está fallando, así en general. Hoy he barajado varios temas para escribir este artículo. Pretendía, en suma, que me quedara bonito, agradable, que dejara buen sabor de boca. Al fin y al cabo estamos, o casi, de vacaciones, es verano, y parece que lo que toca es el disfrute. Y debe de ser que no me hallo inspirada para exquisiteces temáticas, lo confieso. En mi teclado pesa más la realidad circundante que lo poético-sutil. Para empezar, falla el tiempo, meteorológicamente hablando. Es julio, un mes donde reina el sol y su calorcico. Pues ocurre que no sabemos dónde agarrarnos, cada día nos sorprende una climatología diferente. Y eso no ayuda al relax. Hace una semana Canadá se convertía en un horno insólito por sus altísimas temperaturas. Ha nevado en Benasque (Pirineo aragonés) mientras en el resto del país volvíamos a sacar cazadoras y calcetines. Alemania y Bélgica acaban de sufrir inundaciones lluviosas nunca vistas. Normal no es. En materi

La comedia humana

Alguien dijo que la vida es básicamente el sentido del humor, el sentido del amor y un montón de sinsentidos. Y no le faltaba razón. Desde luego, no fue Honoré de Balzac. El autor francés nos dejó su mejor obra literaria, inmensa, con el título de “La comedia humana”, donde realiza un vivo retrato de la sociedad francesa del siglo XIX, analizada minuciosamente en todos los aspectos. Quiso realzar lo humano frente a su admirada “Divina comedia” de Dante. Y yo me tomo la libertad de aprovechar su título para este artículo. Etimológicamente, ‘comedia’ deriva del griego komoidía ; formada por komos , fiestas en homenaje al dios del vino Dionisos, y aoidós , cantores que entonaban piezas burlescas o de sátira política. Hoy en día la comedia hace alusión tanto al teatro en general, como a una obra dramática teatral o cinematográfica en cuya acción predominan los aspectos placenteros, festivos o humorísticos, con final feliz. Asimismo se aplica concretamente al género cómico. Otra acepción no

Honestidad venial, normal y brutal

Al hablar de honestidad nos referimos a una cualidad humana basada en la decencia, el pudor, la dignidad, la sinceridad, la justicia, la rectitud y la honradez. Es fundamental para entablar relaciones interpersonales basadas en la confianza y el respeto. La honestidad no antepone a la verdad sus propias necesidades o intereses. Es un código de conducta coherente, donde las acciones del individuo son consecuentes con lo que piensa, dice y predica. Alguien honesto lo es, sobre todo, consigo mismo. Fundamental, queda claro. Por supuesto que en este mundo existen personas honestas, no está todo perdido. Gracias a ellas nos mantenemos en pie, nos amamos, discutimos, construimos y creamos. Pero vivir con la honestidad como seña es tarea ardua, y más cuando los modelos contrarios nos sobrevuelan cual buitres carroñeros que carcajean y se relamen observando el panorama desde los cielos del bienestar. Obviaré a esos buitres, que siempre los ha habido y los habrá, para centrarme en una altura me