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Mostrando entradas de junio, 2021

Llegarás lejos. Un viaje por la ironía

Llegar lejos, llegar alto, llegar rápido. Son las consignas actuales recomendadas para triunfar. En varias ocasiones y por diferentes motivos en mi vida algunas personas me han dicho: “Tú llegarás lejos”. Y yo hasta lo creí y todo. Confieso que me da tanto vértigo la altura, como el exceso de velocidad y las largas distancias respecto a mi hogar. El punto más lejano adonde he llegado ha sido La Habana, y lo más alto… creo que el cielo que surcó el avión que me llevó de ida y vuelta, a gran velocidad, por cierto. Fue un viaje de celebración. Ironías aparte, pienso en el hecho de llegar. Implica tener antes una meta programada y una intención de avanzar, recorrer un camino. Pero también conlleva un fin, un término, una detención del movimiento, un 'ya está – y ahora ¿qué?'. ¿Y por qué el lugar ideal debe encontrarse lejos o alto? ¿Por qué la necesidad de ahorrar tiempo? Quizá con buena intención nos aconsejan mal. Nos pronostican un futuro exitoso animándonos a alcanzar un dest

Enfermedades de transmisión gestual

Hoy en día prolifera una tendencia comunicativa que pone de manifiesto la importancia, una vez más, de lo visual frente a lo verbal o textual: el lenguaje corporal. Los gestos, la expresión facial y hasta la postura y los movimientos se convierten en elementos esenciales en una estrategia de comunicación. Al igual que existen escuelas de protocolo, muy necesarias por otra parte, ahora parecen pisarles los talones las asesorías de comunicación, los expertos analistas de comportamiento y ' body language', y sus ‘ tips ’ o consejos para aprender a transmitir con lenguaje no verbal la máxima confianza, dominar los sentimientos conscientes e inconscientes que nos delatan, reflejar seguridad, mantener a raya las emociones que pudieran aflorar, y cosas por el estilo. Me he fijado en esos pretendidos maestros del lenguaje corporal y veo que se expresan de la misma forma que enseñan a expresarse: robóticamente. Movimientos paralelos de antebrazos, rectos, secos y simétricos, simila

De raíces, territorios e identidades

Cada cual siente un amor especial al territorio que le vio nacer. Un hilo invisible tira de nuestro estómago cuando nos alejamos demasiado tiempo o demasiados kilómetros, para recordarnos que sigue ahí, que espera un reencuentro. Aunque no todos concebimos la ‘tierra madre’ de la misma forma. Para algunos las raíces andan ancladas en su barrio o pueblo, para otros en su región, unos cuantos viven arraigados a su nación y algunos menos se ven simplemente como ciudadanos del mundo. En este país que es España se pondera progresivamente la división administrativa en esas ‘parcelas’ denominadas Comunidades Autónomas, convirtiendo esa autonomía concedida en una seña de identidad quizá excesiva, a veces reivindicativa y separatista, otras hasta conflictiva. Roza la ironía que el presidente de la C.A. de Cataluña se apellide Aragonès o que el estadio del Real Madrid se llame Santiago Bernabéu. Los dni con apellidos como Navarro, Castellano, Gallego, Vasco, Rioja, Sevilla, Zaragoza o Cáceres se

Hágase la luz. El bando correcto de la historia

Nos hallamos perplejos y con una gran dosis de cabreo ante la última medida aprobada por el gobierno de España respecto a la revisión de precios en la factura eléctrica. Y no nos falta razón. Los datos se nos muestran contundentes; las reglas, precisas; y la adaptabilidad, como la única fórmula para sobrellevar el ahorro. Se trata de una imposición, eso sí, disfrazada de sostenibilidad. La luz es un bien tan preciado como imprescindible. Y la energía eléctrica debería ser considerada “de primera necesidad”, pues, mal que nos pese, a ello nos ha abocado una sociedad tecnológicamente capitalizada, hambrienta de consumidores que ejerzan su función: consumir lo máximo posible. Así, las compañías devoradoras y sus “satélites con corbata” pueden engrosar dividendos y presumir de barriga. Como buenos magnates, les gusta el lujo. Ah, pero nos ofrecen parte a los demás, cómo no: sus productos a precio de ‘ídem’. Este territorio, el de la energía eléctrica, igual que el del agua, al menos te