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Mostrando entradas de marzo, 2021

Lenguaje huero

Saber expresarse con naturalidad y con una cierta cultura lingüística debería ser una condición indispensable para cualquier profesión relacionada con el servicio público. La difusión de mensajes a la ciudadanía por parte de la clase política, asimismo por parte de quienes se encargan de transmitirlos o cuestionarlos, los medios de comunicación, adolece de unas carencias cada vez más hirientes, salvo excepciones. El vocabulario empleado, en unos casos se vuelve simplón, en otros farragoso, y en la mayoría de ellos pretenciosamente engañoso. En suma, suele reflejar un vacío de contenido. Esta característica se manifiesta más patente cuando vivimos un periodo electoral. De un tiempo a esta parte se suceden sin tregua, por lo que nos encontramos permanentemente expuestos y deberíamos estar al menos un poco avisados en la materia. Llevo tiempo observando algunas ‘coletillas’ de uso muy común en los discursos políticos. Su objetivo es el rebozo, así, como suena. Recurso fácil para rel

Como las manos de un niño

Una tierna criatura humana de un año de edad es lo más parecido a una flor recién abierta por primavera. Como en una conjunción astral fantástica, este sábado mi estar vital cuenta con los tres seres: niña, flores y llegada del ‘ primo v ēre ’. Ah, que no me refiero a un familiar lejano turco, de lo cual me alegraría mucho también. Es la forma en latín de decir ‘primera primavera’. Hasta el siglo XVII eran cuatro las estaciones: verano, estío, otoño e invierno. Al verano se le llamaba Ver ānum t ĕmpŭs , que significa literalmente ‘tiempo de primavera’. Después Cervantes designaba al periodo que va desde mediados de marzo a mediados de septiembre con tres nombres: ‘primavera’ al comienzo, ‘verano’ en su parte intermedia, y ‘estío’ hasta el final de la estación. Fue a finales del siglo XVIII cuando se hace normativo, por su uso común, llamar ‘primavera’ a lo que venía siendo el verano, así como ‘verano’ a lo que hasta ese momento se llamaba estío. ¡La primavera!, ese esperado tiemp

Política, politiqueo y mafia

Hoy va a ser una de arena. Salto al ruedo ya: estoy dejando de creer en la política y sus secuaces, es decir, los políticos. Cada vez más. Política, del griego polis : ciudad. Ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los estados. Actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad o a un país. Objetivamente, ya no se le puede llamar ciencia. Se ha convertido en una aspiración al poder. Y, una vez alcanzado, en una negociación permanente para mantener ese estatus. A los simples ciudadanos sólo nos queda ir a votar cuando somos convocados, hacer huelgas y manifestaciones para sentir que no estamos solos a la hora de protestar, y tragarnos en los medios de comunicación interminables horas de debates de tinte político donde los opinadores en nómina: periodistas, politólogos, exministros, políticos en paro, y hasta jueces, se convierten en expertos analistas. Y no me fío de los que presentan como ‘

Tierra

Me produce un especial placer manipular la tierra con las manos desnudas. Tierra como materia, como la define la rae en su tercera acepción: material desmenuzable de que principalmente se compone el suelo natural. Llevo unos días trasplantando hierba, que nace donde no debe, a trozos del jardín que se han quedado ‘calvos’. Es una tarea lenta, pacífica, alguien diría que ridícula. Ahora me agacho aquí, cavo cuidadosamente para sacar el mechón verde con su raíz de entre las piedrecillas, después me levanto, me acerco hasta el lugar de destino, vuelvo a agacharme, cavo de nuevo para hacer un agujerillo de tamaño acorde al penacho, introduzco la plantica ayudándome de un utensilio con punta de pie de cabra, y finalizo empujando la tierra con los dedos para apelmazarla bien. Claro está que acumulo varias briznas de vez y las planto consecutivamente. En esta entretenida labor, suelen observarme mis dos huéspedes gatunos: Canelo y Umeboshi. Merodean, se interponen entre mis rodillas y e