Como en una conjunción astral fantástica, este sábado mi estar
vital cuenta con los tres seres: niña, flores y llegada del ‘primo vēre’.
Ah, que no me refiero a un familiar lejano turco, de lo cual me alegraría mucho
también. Es la forma en latín de decir ‘primera primavera’.
Hasta el siglo XVII eran cuatro las estaciones: verano, estío,
otoño e invierno. Al verano se le llamaba Verānum tĕmpŭs, que significa
literalmente ‘tiempo de primavera’. Después Cervantes designaba al periodo que
va desde mediados de marzo a mediados de septiembre con tres nombres: ‘primavera’
al comienzo, ‘verano’ en su parte intermedia, y ‘estío’ hasta el final de la
estación. Fue a finales del siglo XVIII cuando se hace normativo, por su uso
común, llamar ‘primavera’ a lo que venía siendo el verano, así como ‘verano’ a
lo que hasta ese momento se llamaba estío.
¡La primavera!, ese esperado tiempo de resurrección de la tierra, viene
siempre suavemente, con delicadeza. Con la misma finura con la que surgen los
brotes verdes o revientan los capullos para tornar en flores atentas y
gráciles. Adoro observar este espectáculo de admirable lentitud. Lo mismo que
las manos de un niño pequeño.
Tengo una nieta y toda ella es primaveral. Se llama Calíope, como
la musa griega ‘de la bella voz’, la poesía épica y la elocuencia. Acaba de
cumplir su primer año en este mundo y, aunque de momento sólo balbucea algunos
vocablos sencillos, se encuentra justo en el momento de descubrir todo lo que
puede hacer con sus manos.
Es una maravilla. Sería capaz de estar horas atendiendo a esa
delicadeza de movimiento con la que usa sus dedillos pulgar e índice para
atrapar una miga de pan. O la ternura que imprime en la palma levantada para
decir adiós. O la sencillez con la que rasca una mota sobre la alfombra. O la
sutil manera de coger una pieza de un juego para encajarla en su lugar. ¿Y qué
me dicen de la dulce parsimonia con la que toma su bocado pinchado en el
tenedor y se lo lleva ella sola a su boquita abierta, porque acaba de
aprenderlo? Para mí el mundo se detiene en estos instantes placenteros.
Me han llenado de emoción estas palabras de abuela orgullosa. ♡
ResponderEliminarAmalia, y a mí tu bonito mensaje. 😘
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