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Mostrando entradas de abril, 2022

Cabreo 'elegante'

Me he estrenado con una institución: el Justicia de Aragón. Fue el pasado jueves. Sumamente cabreada por un problema que ya no sé cómo resolver y me perjudica gravemente, a mí y a mucha gente, la luz, ¡ay la luz!, decidí ponerme manos a la obra y redactar una carta-queja que envié a través de la web destinada a ello. Para mi sorpresa, justo al día siguiente recibo una notificación que incluye una carta respuesta del mismo Justicia de Aragón. Redacción óptima, ortografía impecable, sin un solo anglicismo, sin florituras, de comprensión clara para un ciudadano medio. ¡Oh!  En ella se acusa recibo de mi queja, se compromete a revisarla y a actuar si conviene a nivel individual o colectivo, y agradece mi confianza “esperando que la gestión de su asunto esté a la altura de sus expectativas”. Esta última frase ¡es perfecta!  Me llama la atención la disposición armónica de la estructura epistolar. El logotipo en color de la Institución con el nombre y apellidos de la persona que la represent

Las maneras del poder

Hace bien poco hemos tenido ocasión de conocer cómo se las gasta algún político para quitarse de encima a una periodista que ejercía su trabajo con normalidad. Y ésas no son maneras. «Manuarĭus» es el origen etimológico del término manera, que a su vez deriva de «manus». Luego, si hablamos de maneras, hemos de remitirnos a las manos como protagonistas. También quiero dirigirme hacia el poder y sus maneras buceando por la Roma clásica. Existían entonces tres maneras distintas de interpretar el poder: el «imperium», la «potestas» y la «auctoritas». El «imperium» era un poder absoluto propio de quienes tenían capacidad de mando. La «potestas» era el poder político capaz de imponer decisiones mediante la coacción y la fuerza. La «auctoritas» consistía en un poder moral basado en el reconocimiento o prestigio de una persona. Entre estos dos últimos conceptos descansaba el equilibrio del Estado. «Auctoritas» literalmente significa autoridad; hace referencia a un poder no vinculante pero soci

Mapas emocionales o los patrones de la vida

Desde ayer se ha producido un cambio en mi vida. Es importante. Me falta una persona. Sabía que estaba y ya no está. Pienso continuamente en ese ser tan querido. Siento muchas emociones que me llevan, como en una montaña rusa, a ascender suave por un paisaje de sonrisas, recuerdos líquidos y estampas amables, para descender luego en picado hacia una realidad implacable, de no retorno, de pérdida absurdamente cruel. Dicen que existe una geografía emocional que se refleja en un mapa de nosotros mismos. Nunca había reparado en ello, y no sé si conozco bien ese panorama interior que me define. Lo que sí sé es que algo se ha quebrado, en algún punto de mi carne la tierra se ha hundido y se ha formado un pozo, un cráter, una grieta…, en definitiva, una falla. "¿Cómo rellenar ese hueco oscuro?". Nuestro mapa emocional, conceptualmente hablando, acoge un conjunto de conexiones e interrelaciones, conscientes e inconscientes, entre los diferentes sentimientos, creencias y pensamientos

Desde que el mundo es mundo

Hoy me ha surgido esta expresión sin pensar: "Desde que el mundo es mundo". Y rápidamente la he tomado como el rayo divino que atraviesa mi cabeza cual luz inspiradora para escribir este artículo. Creo en estas cosas, en la llegada inmediata de una idea como señal importante de algo. Pero claro, tiene su coste: lo de ‘sin pensar’ hay que transformarlo en ‘ahora ponte a pensar y escribe’. ¿Y desde cuándo se considera que el mundo es mundo? En su sentido general, la palabra “mundo” se refiere a la totalidad de entidades, al conjunto de la realidad o a todo lo que fue, es y será. ¡Toma ya! Me produce cierto vértigo o desasosiego reflexionar sobre la expresión última ‘todo lo que fue, es y será’, ya que implica todo el espacio y todo el tiempo. Universo, cosmos,… Abandono el reto. No ha lugar la aplicación del título que nos ocupa. Cerrando un poco el círculo conceptual, nos avenimos a otra acepción de mundo que habla del conjunto de todas las cosas que existen y de la humanidad.

Pantallas y pensamiento

Pantalleando todo el día. Así nos vemos cada vez más personas y de un espectro de edad cada vez más amplio. Se ha demostrado que nuestro mundo tecnológico provoca que un ciudadano medio se exponga diariamente a una información visual de 34 GB en forma de 100.000 palabras, lo que equivaldría a un libro de 300 páginas. Se trata de un auténtico bombardeo multimedia. Las diferentes pantallas a las que nos sometemos segmentan nuestra concentración. Producen en nuestro cerebro como explosiones discontinuas de atención flotante. Expertos han puesto nombre a esta propiedad: mentes saltamontes. De manera espasmódica vamos saltando de un punto a otro en multitarea. Y, aunque se trata de una actividad superficial, el estrés se apodera de nosotros por sobrecarga cognitiva. Así, se ha observado un descenso alarmante de la capacidad de concentración y un preocupante crecimiento del déficit de atención. Nos afecta a todos los usuarios, pero resulta de especial importancia en niños y jóvenes, por enco