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Obras son amores, cifras son razones


Nos invaden las cifras, los resultados, los porcentajes, las ratios, los índices, los records. Permanentemente los números están en el aire: ordinales y cardinales.

Parece ya una obsesión mediática la publicidad de cualquier producto, evento o simple información, asociada al ranquin que ocupa en su nicho de mercado. Y la obsesión deviene casi en enfermedad cuando lo único que prevalece es el crecimiento hasta alcanzar cifras nunca conocidas. Como ejemplo puede aportarse el último lanzamiento musical de una conocida cantante, exesposa de exfutbolista y defraudadora del erario público de España. Su tema ha obtenido millones de descargas en tiempo récord. Por supuesto, el hecho se ha convertido en lo más visto, lo más comentado y lo más difundido durante varios días en todos los medios.

Cada año las Fiestas del Pilar se publicitan como las de mayor número de actuaciones programadas, el pregón con más público, la ofrenda de flores con más participación y la más duradera de todas las que ha habido. El premio Planeta 2022 ha contado con récord de manuscritos enviados a concurso. Este verano ha sido el más caluroso desde que existen registros. El precio de la electricidad ha alcanzado un máximo histórico. Los beneficios de este año de los principales bancos han sido de nosecuántos miles de millones, el doble que el pasado ejercicio. La empresaria tal ha levantado su negocio en la red de la nada hasta facturar tropecientos millones en pocos meses. La cadena menganita da las gracias a sus telespectadores por ser la más vista este mes con un share de la leche. La concentración motera de los Pingüinos vuelve a romper su techo al superar los 40.000 inscritos. Ésta última es de hoy mismo.

Parece que si no se rompen techos no se puede sacar pecho, o cabeza. Y no estoy de acuerdo. El mundo está lleno de buenas noticias donde la calidad prima sobre la cantidad. No necesitamos que nos abrumen con cifras a cada instante. Buscar la pincelada humana, el detalle de color, la mirada sutil, puede despertar en nosotros mucho más interés. Multitud de empresas suelen ofrecer a los empleados un resumen anual repleto de cifras crecientes, de expansión nacional o internacional, resultados económicos en alza, porcentajes de visitas a las webs, etc, y se les llena la boca. Nunca exponen información de tipo humano: sueldos, capacidades, formación, buenos trabajos realizados, recuento de inquietudes y demandas, promociones de personal, perspectivas, cosas así. Yo me pregunto qué necesidad hay de romper barreras numéricas cada año, cuando quizá lo importante sea el cuidado, el mimo y la preocupación por las personas que con su trabajo e implicación ayudan a sostener el barco. La ilusión se alimenta de amores más que de razones. Y las cifras, razones son.

14/1/2022

[Imagen: "Gramatología en un espejo". Pilar Catalán]

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