Ir al contenido principal

Nuevas tecnologías [Parte I]


El término “tecnología” procede del griego téchnē (arte) y lógos (tratado). Fíjense, para dar con ese significado tenemos que dirigirnos a la tercera acepción que aparece en la RAE: Lenguaje propio de una ciencia o de un arte.

Sin embargo, la acepción principal, la número uno, a lo que debemos atender es: Conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico.

El mundo se vuelve pragmático. Cambiamos el arte por la ciencia, el disfrute creativo por la productividad, el tiempo de recreo por el cronómetro, la belleza por la utilidad, la filosofía por el márketing, el conocimiento por la información. Cuando todo puede coexistir en su justa medida, los que deciden ahí arriba pretenden polarizar nuestra forma de vivir hacia derroteros bastante fríos y tecnológicos.

Añadamos ahora el adjetivo “nueva”, que es como darle el toque maestro. Y en plural, ya ni te cuento. Nuevas tecnologías. Resulta algo sugerente, tentador, seductor. Resuena en nuestra mente y en nuestros labios. Y más que seducidos, hemos acabado abducidos. Me hace gracia la frase insistente: Hay que subirse al carro de las nuevas tecnologías. ¡Un oxímoron como la copa de un pino!

En fin, que por las aguas del mundo digital [wi-fi, online, redes sociales, apps, cookies, terabytes, hashtags, banners, ads, plugins, spam, webinars, coachs, bloggers, influencers, followers, emojis, algoritmos, y no sigo porque me mareo], tratamos de navegar. Nos obligan. No queda otro remedio. ¿O sí?

Esta reflexión surge de mi experiencia en las últimas semanas respecto a tratar con varios organismos oficiales. Ha sido una secuencia loca de citas telemáticas, contestadores automáticos, búsquedas infructuosas en webs de información farragosa, consultas vía email, rellenado de formularios, descarga de impresos, subida de documentos en archivos zip. Y al final, quienes me han ayudado a llegar a puerto seguro han sido los amables funcionarios, directamente con sus palabras, estupendos guías humanos. Gracias a ellos y a todos los trabajadores que facilitan estos trasiegos tecnológicos. Que no desaparezcan, por favor. El trato personal es necesario. Y con las máquinas no hay trato que valga.

Continuará.

12/12/2020

[Imagen: "Aquí estoy", obra de Jaime Panzano]

Comentarios