Ir al contenido principal

Gigantes y cabezudos


Me gusta lo pequeño. 

Lo mediano suele funcionar, pero es aburrido. Grande es un adjetivo que admito sólo para alabar a una persona, un acto o un descubrimiento. Aunque para las alabanzas existe una extensa variedad de calificativos mejores a elegir.

Me atrae mucho más mirar por un microscopio que por un telescopio. Lo diminuto se me antoja apasionante, mientras abomino de lo gigante porque me pierdo en la inmensidad y porque me suena a algo agresivo, amenazante, excesivo, y a la vez hueco, frío, cavernoso.

Los gigantes, esos seres mitológicos, literarios o de la cultura popular, que al fin y al cabo viven en nuestra imaginación o alimentan recuerdos infantiles, nos inspiran más ternura y simpatía que terror. Sin embargo, existen en la actualidad unos entes enormes, reales, aspirantes a verdaderos monstruos, a los que se conoce por el nombre de “Los gigantes de…”. Y nos resultan bien ‘familiares’. Añádase tras los puntos suspensivos: la comunicación, internet, el petróleo, la energía, las finanzas, la industria farmacéutica, el transporte, la construcción, la banca, etc. Esto sí me produce pavor.

Nunca he tenido una mentalidad empresarial, lo reconozco. Y quizá por eso no entiendo la ansiedad por el crecimiento en cifras, la aspiración desmesurada en poseer más y más, el talante codicioso de acaparar, de absorber, de comerse a la competencia, de superar al supuesto contrario o machacarlo sin escrúpulos. Todo esto llevado de la mano de un único fin: el poder. Y, entre gigantes, van más allá: la omnipotencia.

Valga un ejemplo. Recientemente un gigante de la telefonía está machacando a mensajes mi móvil. La oferta va desde préstamos de dinero, hasta seguros privados de salud, pasando por seguros de hogar, alarmas, gestión económica, acceso a publicaciones literarias o plataformas cinematográficas. ¿Realmente creen que me interesa alguno de estos nichos, cuando lo esencial para mí, como cliente, es que atiendan bien mis demandas respecto a la calidad de los servicios telefónicos que tengo contratados? Zapatero a tus zapatos. Excelencia, por favor, antes que multiservicio obsolescente. Garantía de calidad, antes que beneficio rápido.

Así, pues, está funcionando la red empresarial a nivel mundial: con nudos cada vez más gruesos y textura cada vez menos tupida. Pero seguirá atrapándonos: los pobres mortales consumidores también somos más cabezudos, y, como los muñecos de tal nombre, cabezas-huecas.

16/1/2021

[Imagen: "Atrapada". Marisa Lanca]

Comentarios