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De lo más natural


Sal marina, frío turolense y tres años de curación. Son las condiciones de un curado natural que ha llevado a premiar un jamón aragonés. Para su elaboración, los productores han prescindido de cualquier artificio: nada de bodegas, secaderos industriales ni potenciadores del sabor. Natural, como antaño. Un ejemplo del espíritu al que creo deberíamos aspirar en todos los sentidos. Porque respetar la naturaleza o al menos imitarla en el mayor grado posible parece ser el camino adecuado. ¿Qué papel, entonces, juega la tecnología?

El poder de la tecnología contemporánea depende de su capacidad para imponerse a lo que la naturaleza ya tiene dado. Y esto viene a decir que la tecnología puede y pretende sustituir lo natural por lo artificial. Hasta cierto punto, dudo que esté justificado en términos de progreso. Creo que alterar la naturaleza de las cosas y la humana, a largo plazo, no lleva a nada bueno.

Buceando un poco en la filosofía clásica, me he encontrado con que Aristóteles trataba este asunto de forma muy particular. El filósofo griego nos explica la distinción entre lo natural y lo artificial como la diferencia entre lo que es por sí y lo que es por otro, en referencia al cambio. Los entes naturales tienen cada uno en sí mismo un principio de movimiento y reposo. Es decir, la cosa que cambia de lugar o crece o disminuye o se altera obedeciendo a un principio o causa que le es intrínseco es algo natural. Lo artificial, las cosas producidas por la técnica no contienen tendencia al cambio. Éste sólo será provocado por agentes externos. También es suyo el pensamiento de que, en general, la técnica, por un lado, finaliza lo que la naturaleza no puede acabar de completar; por otro, la imita.

Hoy en día puede resultarnos algo ingenua la reflexión de Aristóteles, aunque si tenemos en cuenta que la técnica de la que nos habla se refiere a la construcción, la artesanía y el arte, es lógica su deducción. El término ‘tecnología’ surgió mucho más adelante y se hizo distinción entre ambos. La técnica hace referencia a los procesos, la mecánica, la práctica, lo artesanal; la tecnología nos remite a los medios, la intervención de principios científicos, el conocimiento para la aplicación de la técnica.

Se ve claro que en la actualidad prima la tecnología en todos los campos y quizá estemos olvidándonos de la técnica, tan necesaria para que muchos oficios sobrevivan. Y voy un poco más allá: si dejamos más margen de maniobra a la naturaleza en el desarrollo de nuestras vidas, tanto en lo personal como en los procesos de fabricación o creación, seguramente el futuro nos lo agradecerá. Será más verde y menos gris.

Así, pues, aparten de mi vista el metaverso y denme jamón, de Teruel, de lo más natural.

[Imagen: "Ice star", Land Art, por Andy Goldsworthy]


[Artículo publicado en periódico La Comarca, Opinión Independiente. Viernes 12/11/2021]

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