¿Creemos en la justicia? Me hago esta pregunta a menudo, no sé ustedes. Y, claro, la respuesta llega en principio mediatizada por la propia experiencia. Si hemos pasado delante de un juez y la sentencia nos ha beneficiado la tendencia será positiva. En caso contrario, si nos ha perjudicado y hemos calificado el resultado como injusto, responderemos con una negativa. La realidad actual mediática nos ofrece un panorama judicializado hasta el hartazgo puro y duro. Cualquier acto, cualquier palabra, y ahora hasta cualquier sospecha, se convierte en blanco de amenazas justicieras o directamente en demandas, investigaciones, imputaciones o casos reabiertos, con la consecuente difusión por parte de los medios, sedientos de morbo noticiero. Si, la justicia es necesaria. Así también el sistema que la sustenta: jueces, abogados, fiscales, y las propias leyes escritas, como base y fundamento. Una quiere confiar en que el derecho ampara a todos los ciudadanos por igual y se aplica de f...
¿Qué necesidad de romper techos, de superar marcas, de sobrepasar cifras, de batir récords? Nos encontramos en un tiempo donde prima la competición, y es tal la obsesión, que acabamos compitiendo con nosotros mismos. Concebimos el afán de superación como la vía para no perdemos en la inmensidad de lo vano, poder sobresalir de la masa mediocre e incluso escapar de ella, hasta conquistar la cúspide del éxito. Eso o no somos nadie. Hoy la noticia que prevalece es siempre la del dato superior. Es decir, la relevancia de cualquier cosa viene marcada por los máximos. “Es el día más caluroso desde que hay registros”, “el Banco Tal ha batido su récord de ganancias en un año”, “el futbolista Mengano se ha convertido en el más goleador de la historia”, “nunca antes la gasolina había alcanzado un precio tal alto”, “este mes se superará la barrera de los XX millones de turistas en España”, “el gobierno lanza la mayor oferta de empleo público con tantasmil plazas”. ¿Les suena? Innumerables ej...